Patricia Arriola
Artista Visual
EL ETERNO MÍNIMO
Sueños pintados, congelación de instantes, una historia que continúa en mi imaginación. Sensaciones vividas en las que aparece el juego de reflejos, de sintonías cromáticas, de paisajes interiores presentes en el silencio. Escenarios de fantasmas y miedos, espacios de libertad e introspección.
Es importante tanto lo que veo, como lo que imagino, siento y sugiero. El sencillo entendimiento de una realidad en la que apenas había reparado me lleva a dialogar a través del tiempo y del espacio; me planteo varias lecturas desde el disfrute estético que me es esencial.
La idea toma forma, un tema que aplico a la materia, esta es tanto el objeto de mi trabajo como el vacío que se abre en ella, tanto importa uno como otro. La idea va definiendo los límites, une, pero a la vez separa. Entablo un diálogo entre mis deseos y mis miedos; me pregunta y le respondo. Se da el encuentro, humano, emocional. Nos fusionamos, hago un sitio en él para mí. Impregno el ser plástico con mi imaginación. Ahora no dirijo la acción, ya no es un acto racional, es un instinto, un estado de fluidez, se entabla un juego de vacíos y silencios entre la materia y mis impulsos, deseos y carencias. En ese instante se conjuga el encuentro, el juego, el placer, surge la magia.
Alcanzar momentos intemporales, eternizar la espléndida porción de presente que está ahí. Abrirme a la belleza que se encierra en cada instante, a la sutileza de los matices en los mínimos espacios, fundirme con la naturaleza. A través de mis sentidos asombrarme simplemente con lo que está sucediendo en este lugar en este momento. Volver al origen, buscar el vacío para llenarme del universo.
Un destello de lo eterno en el mundo de los cambios continuos. Encontrar el sentido del caos en la naturaleza como una reserva infinita de posibilidades, interpretar el lenguaje de la vida.
Contar una historia, penetrar hasta revelar, sugerir. La vida que fluye, sin esfuerzo, sin conflicto, de un modo perfecto.
Solo vemos aquello que miramos y mirar es un acto de elección. Nunca observamos solo una cosa, sino su relación con nosotros. Uno contempla desarmado, es siempre mucho lo que sucede cuando miramos.